jueves, 30 de septiembre de 2010

Noche de Brujas










Noche de brujas:








Cuenta una antigua leyenda las viejas brujas hacían una reunión en dos ocasiones durante el año: el 30 de abril y el 31 de octubre.








Satán realizaba la convocatoria y ellas acudían montadas en sus escobas, como las configura la tradición popular, para compartir hechizos y sabiduría negra en aquellas fiestas macabras, llamadas akelarres.








Hoy en día la noche de Halloween es reconocida por todos los satanistas, ocultistas y adoradores del diablo como víspera del año nuevo para la brujería.








Para muchos, es la noche en que los poderes satánicos y de brujería están en su nivel de desarrollo más alto.








Es lógico pues que sus ritos se hayan ido mezclando con la celebración actual del Halloween, hasta el punto que Halloween es denominado igualmente “the night of Witches” (la noche de las brujas)








La palabra "bruja", en inglés, “witch” deriva del viejo término sajón “wicca, o "sabio".


Y es que se pensaba que las brujas, al ser poseedoras de la magia, poseían también la máxima sabiduría. Las brujas son adoradoras de las deidades de la naturaleza y poseen talismanes vivos o símbolos por los que ellos sacan sus poderes oscuros. Invocan a los más malévolos espíritus para entrar en los cuerpos de sus talismanes.




Unas tienen perros, búhos, las serpientes o cerdos como símbolos de su poder, pero el talismán más común es el gato.




En estas creencias negras, el palo del escobón es un símbolo del falo masculino, sobre el que la bruja monta y da saltos.








Los gatos negros: Si el gato era considerado símbolo de la divinidad entre los egipcios, los celtas, por el contrario, desarrollaron un miedo particular a este mítico animal, pues creían que los gatos negros era la forma felina en que algún poder demoníaco había transformado a una persona, es decir, los gatos eran personas malditas


En la leyenda, la diosa céltica Wicca se convierte en un gato negro para cometer el incesto con su hermano, Lucifer. Se dice que el cuerpo del gato negro no es más que el disfraz que utilizan las mismas brujas para pasearse tranquilamente por la ciudad, para pasar desapercibidas.








Por eso una de las tradiciones de Halloween advierte que si un gato negro se te cruza por delante en esta noche la mala suerte caerá sin remedio sobre tu cabeza. ¿Sin remedio? Noooo, hay un antídoto: cuando te pase eso da inmediatamente siete pasos hacia atrás y ¡maldición conjurada!








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